CALLES CORTADAS

Claro que me indigno, pero con rasgos de optimismo y visión de futuro, aplaco mi cólera y pienso en el mañana. Un esplendido mañana de calles urbanizadas e infraestructuras adecuadas. No entiendo demasiado – todavía – de Geografía Urbana ni de distribuciones poblacionales, pero el futuro de calles peatonales que siempre quisimos está llegando, ahora, esperando una arriesgada pero a largo plazo rentable decisión política, deberíamos ir más allá solicitando el carril bici, la eliminación total de barreras arquitectónicas, aparcamientos subterráneos automatizados, zonas ajardinadas de escaso mantenimiento, aprovechamiento del agua, energías renovables…, en definitiva, diseños urbanos acordes con el desarrollo sostenible que la Administración debería poner en marcha. Mientras tanto, el mañana está a la vuelta de la esquina, el desarrollo inmobiliario engulle las señas de identidad de nuestro pueblo entre vallas amarillas y camiones hormigoneras. Donde antes hubo uno ahora cuarenta y uno…apartamentos de un dormitorio con patio compartido y hueco para el cubo fregona…Chipiona sigue siendo bonita, pero pierde encanto… Botox a raudales han llegado de la mano de Empresas que intentan disimular las arrugas de esta Vieja población, pero más que un simple “lifting”, Chipiona necesita de todos nosotros, vecinos y vecinas, de nuestra implicación, de nuestra conducta, de nuestra participación ciudadana, entre todos y con paciencia, superaremos las vallas amarillas, los camiones hormigoneras, las grúas, las señales que antes no estaban y ahora si… Pero no suframos, que con un poco de suerte, antes de Mayo, estará todo de maravilla, brillaran las tijeras en el corte de la cinta y sonreirán satisfechos en la foto. Y mi vecino el arriero me dirá lo de siempre “lo ves, harían falta elecciones cada seis meses”.