11/2/08

POLÍTICA Y ARTE

“El Príncipe”
Capítulo XVIII DE QUE MODO LOS PRÍNCIPES DEBEN CUMPLIR SUS PROMESAS.

Nadie deja de comprender cuán digno de alabanza es el príncipe que cumple la palabra dada, que obra con rectitud y no con doblez; pero la experiencia nos demuestra, por lo que sucede en nuestros tiempos, que son precisamente los príncipes que han hecho menos caso de la fe jurada, envuelto a los demás con su astucia y reído de los que han confiado en su lealtad, los únicos que han realizado grandes empresas.

Nicolás Maquiavelo (San Casciano in Val di Pesa, 3 de mayo de 1469 - Florencia, 21 de junio de 1527)

Que yo sepa, nadie desde el PSOE ha solicitado el apoyo público que estos días han expresado a ZP, numerosos artistas, científicos e intelectuales de nuestro País. Libremente han elegido tomar posición y manifestar de manera libre, democrática y con argumentos sus preferencias electorales, del mismo modo que en su día otros hicieron con los que hoy patalean y esgrimen armas en forma de dineros que les quitaran de en medio a esos que de manera errónea en las formas – es mi opinión – expresaron que el próximo 9 de marzo estarán con ZP.

“El que es elegido príncipe con el favor popular debe conservar al pueblo como amigo” Si, de nuevo Maquiavelo me socorre. Este Príncipe que es ahora ZP ha sabido ganarse a un buen número de amigos que tras ellos traen legiones de seguidores, pero al mismo tiempo, batallones de enemigos, aunque eso ya lo saben en Ferraz, han hecho bien las cuentas y tratarán en palacio de contentar a unos, a sabiendas que otros saldrán perjudicados – el fin justifica los medios – esta frase que se le atribuye a Maquiavelo nunca por él fue dicha, pero el tiempo nos ha demostrado que se ha hecho uso de ella en más de una ocasión como argumento de numerosas falacias.

El día que los unos y los otros dejen de insultarse y empleen su tiempo en beneficio de la ciudadanía y no del suyo propio, todos y todas saldremos ganando. Yo seguiré escuchando a Sabina, veré las películas de María Barranco y contemplaré absorto las obras de Barceló, trayéndome al pairo de que partido son y a quien vota cada uno de ellos. Por favor, no dejen que nada ni nadie insulten nuestra inteligencia.

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